Disculpa, con tu cabeza no meo
Más so memos
Bajan los tipos de interés, Italia y España consiguen
flexibilizar sus condiciones de rescate y no cargar la deuda bancaria a la
soberana, España gana la Eurocopa, Dívar es forzado a la dimisión (aunque aún
no castigado), baja el paro en este mes, Alonso consiguió una remontada
espectacular en F1… ¡Parece que España se está recuperando! ¡Estamos viendo
“brotes verdes”! ¡No habrá más recortes y todo irá cheeeeeee, paaara el carro!
¡Seguimos estando jodidos! ¡Y lo que nos queda!
A veces reconsidero la opción de que viviendo en la ignorancia viviría mejor; sin embargo, alguien que lee diariamente la prensa, ve los noticiarios y sigue practicamente cada hora las novedades en el panorama actual a través de Twitter no puede vivir en la ignorancia y por extensión descansar en paz. Evidentemente todo depende del crisol con el que se vea pero teniendo un mínimo de sensibilidad y de conciencia social ciudadana muy difícil es que no te afecte la situación actual.
Yo, personalmente, estoy tremendamente encabronado. Cada día que pasa surge algo nuevo que te revuelve las tripas y te dan ganas de irte al campo con tu huerto y tus gallinas y mandar toda esta mierda a tomar por culo. ¿El porqué? Lo tienes ahí, rodeandote, tan sólo escucha y no te limites a oir; tan solo observa y no te limites a ver; tan solo reflexiona y no te limites a rondar por la superficie. 1 día, tan solo experimentalo un día: escucha, observa y reflexiona. No pierdas ojo a lo que pasa en ese día, y luego me cuentas qué tal, qué te ha parecido.
Mi valoración es que este mundo se está yendo a tomar por culo, aunque haya muchísima gente que luche contra esto y a la que yo personalmente estoy tremendamente agradecido y orgulloso. Ahora bien, si según mi opinión se está yendo a la mierda será porque asumo que antes no iba tan mal. Sí y no. Antes había como ahora gentuza, interesados, mercenarios, manipuladores, tiranos y demás desgraciados, pero viviamos más en la ignorancia y no queriamos cambiar tantas cosas porque no sabiamos que eran necesarios y justos tantos cambios, y ahora que somos más conscientes vemos lo hermético, controlado y envenenado que está todo como para que nos dejen cambiar algo, como para que una idea moralmente muy aceptable dejen implantarla a una sociedad enferma.
Supongo que este sentimiento no es nuevo, que durante toda la historia siempre se ha tendido a evolucionar y a revolucionar, sino no seriamos lo que somos ahora, para bien y para mal. Claro que, etapa nueva, reglas y herramientas nuevas. Los que dirigen el cotarro y llevan a la sociedad a donde quieren usarán sus armas para anteponer sus intereses; nosotros, ciudadanos de una sociedad que legítimamente nos pertenece, usaremos nuestra imaginación, nuestros medios, nuestras convicciones, nuestro intelecto y La ética para no renunciar a una sociedad que todos queremos pero por la que no todos están dispuestos a luchar.
No estoy dispuesto a ser más un gatito, en la selva sólo el león puede imponer las reglas.
"Peluquero", así de claro lo tenía cuando con 8 años cortó el pelo a su primer muñeco. Los 2 de la siguiente semana lo reafirmaron y los otros 3 de la siguiente le terminaron de convencer.
Le gustaba cortar, amaba el sonido de la tijera al cerrarse y llevarse consigo un mechón de pelo, al ritmo de su característico tintineo metálico. Por encima de todo estaba el arte eso sí. Para él no sólo era morirse de frío sino cada expresión del alma, cada pasión materializada en un soporte.
_ No me toques el pelo, ¡tengo mis derechos! - gritaba alguna Nancy que otra.
_ ¡Calla hippie! Déjame recortarte, por el bien del arte.
Y así, entre clientes de plástico contentos, otros descontentos y otros con bocas misteriosamente quemadas, pegadas o grapadas el pequeño Marianico se hizo mayor.
Ya era todo un señor, un macho con pelo en pecho, un hombretón al que no le hacía falta una luz encendida para poder dormir.
De este modo, con 35 añitos recién cumplidos y tras haber estudiado en la prestigiosa universidad de Vellodolid, Marianico estaba preparado para el mundo, ¿lo estaría el mundo para él?
Decidido, cogió su juego de tijeras y accesorios, un libro con muchos dibujos, una Cuore, un atillo y se despidió de su madre.
_ Mamá, te prometo que volveré a casa, cuando mis recortes sean conocidos mundialmente.
Y se fue...
Marianico tenía que cambiar radicalmente su vida si quería cumplir su sueño... Sería difícil pero lo conseguiría, se convertiría en el genio del recorte, el Picaso de la tijera, el Messi de los trasquilones.
_ Señor, ¿café?
_ Cortado, gracias
_ Aquí tiene sus pantalones, muy cortos tal y como pidió
_ Gracias indígena sudamericano ilegal
_ ¿Cuánto ron desea?
_ No te cortess, te quiierrruuoo
Poco a poco lo iba consiguiendo, seguía escrupulosamente la senda del recorte, costase lo que costase. Pero debía ser más ambicioso: explorar la esencia humana y su arte, como unión de culturas y pasiones.
"Voy a cortar pelo púbico de hombre", le dijo a su madre por teléfono antes de que ella colgase hundida en un mar de lágrimas.
"Montaré un negocio donde haya gente de bien, que sepa reconocer mi talento y mi compromiso al recortArte". Dicho y hecho, al día siguiente emigró a la capital y se asentó al lado de un edificio en calle Génova muy bonito, con tintes de azul esperanza.
Allí conoció a mucho hombre agradable. "Buen trabajo chico", "Me has dejado las pelotas como castañas peladas" o "Lo tuyo es recortar hijo" fueron algunas de las alabanzas a su trabajo que le reafirmaban que iba por el buen camino.
Sin embargo, no fue hasta un año después cuando, con el negocio asentado, se le presentó la posibilidad de su vida. Un día del mes de Mayo requirió de sus servicios un hombre con bigote poblado, no muy alto pero si con grandes aires.
_ Buenos días chaval - le dijo mirándole fijamente a los ojos - he oído que eres un experto manipulando huevos y recortando. Demuéstrame lo que sabes hacer...
Puede que estuviese ese día muy inspirado, puede que fuese muy simpático, puede que fuese por Unisef; el caso es que, acabado el trabajo, el hombre le pagó y le dijo que le quería en su equipo.
_ Pero señor, yo no sé hacer su trabajo... - dijo Marianico modestamente
_ Con el tiempo aprenderás, tienes mucho talento recortando...
Y así fue como Marianico se metió en política y un día pudo cumplir su sueño de que una nación entera reconociera su arte de recortArte
¿Por qué no cambiar?
Hola, soy la parte que hay en ti que está esperando un empujón para luchar por lo que todos deberíamos luchar. Soy esa parte de ti que aparece cuando ves las injusticias que hay a tu alrededor, cuando ves la miseria humana en todas sus facetas; esa parte de ti que se cabrea, que se entristece, que se resigna, que sueña con que las cosas cambien, que disfruta viendo y fantaseando con utopías. Soy esa parte de ti que todos tenemos pero que tememos arriesgarnos a ponerla en práctica, que olvidamos con el transcurso de nuestras vidas, o ante la que pasamos de largo cuando se dan las oportunidades de manifestarla porque vivimos medianamente cómodos en nuestro mundo y nos conformamos con lo que hay y no aspiramos a lo que podría haber.
Todos queremos tener un empleo digno, una buena familia, una vida acomodada. Nuestro fin vital es conseguir lo que anhelamos, a nivel de empleo, poderío económico, posición social, posibilidades de ocio… Aspiramos a eso porque eso es lo que nos ofrece a priori la sociedad en la que vivimos; ésta nos da las herramientas para que podamos conseguir todo eso y creemos algunos y otros no, que la consecución de estos fines unido a la rectitud como personas nos dignifica cuerpo y alma y hemos de sentirnos complacidos y orgullosos de ello.
No somos ambiciosos, no luchamos por lo que sentimos, luchamos por lo que hemos aprendido que hay que luchar, por lo que nos dicen que debemos buscar en nuestra vida. Nadie nos ha enseñado a mirar más allá, nadie nos ha enseñado a ver faltas en el sistema donde vivimos, a esperar más de la sociedad y más de nosotros mismos. Vivimos auto complacidos, pensando que las cosas no podemos cambiarlas por nosotros mismos.
Así es, una persona sola no puede cambiar el mundo. Pero es que olvidamos constantemente que somos más de 7 mil millones de personas en este planeta. 7 mil millones de personas a las que si nos pinchan, nos duele; que si queremos a alguien, deseamos lo mejor para ese alguien; las 7 mil millones de personas compartimos el hecho de ser humanos, todos tenemos en mayor o menor medida la facultad de sentir, de empatizar, de mostrar un corazón. Vivimos tan intercomunicados y tan aislados al mismo tiempo…
Si piensas que algo es imposible ya estás poniendo límites a la imaginación, ya estás cerrando puertas sin tan siquiera haberlas abierto.
No luches sólo por tu destino, lucha por el destino de tu familia de 7 mil millones de personas. Tú no querrías que tu hijo fuera sustraído de tu familia y llevado a la guerra a matar, a ser metido en el mundo de las drogas, a ser pasto de un lavado de cerebro, tampoco lo querría el que está a 10.000 kilómetros de ti; tú no querrías que a tu hija la captaran para que se prostituyese, y tampoco lo querría el que está a 10.000 kilómetros de ti; tú no querrías que tu hermano muriese de hambre, de hipotermia, enfermo en la calle, y tampoco lo querría el que está a 10.000 kilómetros de ti... Podrás mirar a otro lado, sentir lástima e incluso donar dinero de cuando en cuando; sin embargo eres tú el que piensa que eso es suficiente y que no puedes hacer nada más, tú eres el que se crea esa sensación de que ya has cumplido, pero hay esa parte en ti que sigue sintiendo que eso no es suficiente, y nos empeñamos en bloquearla.
¿Cómo podemos cambiar esto? Desde dentro por supuesto. Primero desde dentro de nosotros y después desde dentro de nuestra sociedad.
¿Eres publicista?, utiliza tus dotes para conseguir sembrar esta semilla en las mentes y en los corazones de las personas.
¿Eres profesor?, se más que eso y enseña a tus alumnos a pensar y sobretodo a sentir.
¿Eres abogado?, consigue la manera de poner a este sistema patas arriba haciéndole cambiar con sus propias normas.
¿Eres politólogo?, lucha por la transparencia política, por la integridad, por la Justicia con mayúsculas por encima de la ley.
¿Eres ingeniero?, piensa no sólo en el avance por el avance, sino en como avanzar para que todos estemos a la misma altura.
¿Eres pescadero?, demuestra al mundo con tus actos que éste se puede mejorar con una sonrisa, un buen obrar y que no sólo somos un oficio sino que somos algo más que eso, que tenemos cabida todos en la tarea de cambiar las cosas.
¿Quién eres tú?, eres el inicio, eres la posibilidad de sembrar este mismo sentimiento en otras personas.
No sólo escribo esto para mostraros esta visión, sino también para que me recordéis a mí que esto es lo que hay que hacer cuando veáis que no lo cumpla.
Porque no somos perfectos y podemos caer en un momento u otro nos necesitamos mutuamente. Nos necesitamos para mantener siempre encendida la llama del cambio, el pensamiento de que el mundo ha de ser como tiene que ser.
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