Era por la mañana, temprano. No serían más de las ocho y media, siete y media en Canarias, cuando se levantó antes que yo, cruzó la puerta corriendo y me dejó sin miramientos, compuesto y sin pene. Penensaréis que un pene no se puede ir así como así, que no es capaz de desligarse de esta unión sacrosanta que nos hace rellenar paquete, hacer el denominado helicopter (dicho en inglés suena menos guarro) y todas las mil y un funciones que con un pene puedes hacer; pero sí, sí lo hizo, y ahí me dejó, penendiente de la puerta para ver si volvía o no. Pasaron las horas y ni rastro del pene. No sabía qué hacer y si eso era normal o no entre los varones muy bien dotados como yo, así que para conocer la verdad del asunto se me ocurrió poner en el google “pene” y dar a la opción azarosa de Voy a tener suerte… A ver, no me esperaba que apareciese la discografía de Lady Gagá pero tampoco el Oráculo del siglo XXI (Wikipedia) con dos fotos a todo color donde podías elegir cuál te gustaba más sí el modelo de pene sin circuncidar en estado de flacidez o el de pene circunciso semierecto (vello púbico depilado). Por pura curiosidad empírica seguí bajando la página y me encontré con lo que a mí me parecían dos saltamontes o cigarras con unas cabezas bastante glandes. Por supuesto eran penes, en blanco y negro y con crisálidas o alitas pero con lo que rezaba en su pie de foto no había réplica con respecto a su naturaleza, así que admití que eran lo que decían ser y seguí bajando. Los siguientes penes que me esperaban mostraban, cual anuncio de teletienda a las tres de la madrugada, el antes y el después del miembro. Dicho así queda muy ambiguo y puede dar pie a confusión (la cual fue inventada por Confucio): el antes y el después de que lo atropellase un camión; el antes y el después de que Yola Berrocal se cruzará en tu vida; el antes y el después de que una manada de elefantes con leones en su bocas y abejas asesinas en sus fauces decidiese que ese era el menú del día; el antes y el después de que se le cayese accidentalmente encima un bote de nata montada y detrás la vecina del quinto… Por eso seré claro y conciso: el antes y el después de la erección, del saludo a la bandera del soldado cabezón cíclope, del levantamiento de su asiento de un aficionado alemán playero en una partido de futbol al no dejarle ver el de delante, del resurgimiento del fénix en un área del tamaño de un vaso de cubata, el… bueno, ha quedado claro. Sin embargo, algo me dejó turbado, más aún. ¿Por que tanto esas fotos como las anteriores de las cigarras y las posteriores que más bien parecían una colección de acordeones estaban en blanco y negro? ¿Después de asustar con las primeras instantáneas a todo color de dos cipotes con y sin se andaban con miramientos colorísticos en las siguientes? Ahí algo no cuadraba, y me dio por penensar de nuevo. ¿Estaría todo esto relacionado de alguna manera con la desaparición de los penes, y más concretamente de MI pene? ¿Y si así fuera, que cojones de relación podría haber entre ambos sucesos aparentemente tan dispares pero que compartían su materia prima: el pene?
Busqué en manuales sobre penes, códices sobre penes, páginas y páginas sobre penes pero ni rastro de pistas ni pollas en vinagre, nada de nada. Pregunté a la gente y ésta me tomaba por loco; pregunté en la iglesia pero me dijeron que sólo eran practicantes; pregunté en la cola del supermercado pero nadie de nadie de nadie supo darme una teoría acerca del pene. Así que me fui a casa lánguido, flácido, alicaído y cabizbajo y busqué refugio en el Tuenti. Unos lo hacen en el alcohol, otros en las drogas, otros en el Tuenti y otros en ambas tres. Hoy me tocaba el Tuenti. Vagaba de perfil en perfil buscando ideas, pistas, algo que me pudiese llevar a la luz, hasta que al final….
00.36 de la mañana, Lady X:
tengo un pene esperandote.... con algo dentro very chaaaaachi!!
muahahaha!

Os podéis imaginar mi alegría al leer esas palabras, tan simples pero a la vez tan significantes. ¡Tenía mi pene! ¡Mi pene estaba vivito y coleando! ¡Y en casa de Lady X!
Sin embargo, algo me dejó desconcertado y de pronto me temí lo peor…. Las palabras “con algo dentro very chaaaaachi!!” resonaron en mi cabeza una y otra vez, solapándose una y otra vez hasta formar un bucle interminablemente agónico…
“con algo dentro very chaaaaachi!!”…. ¿qué pollas habría dentro del pene para que fuese very chachi? ¿acaso sería la respuesta a la pregunta de la que no encontraba respuesta y es por eso que me formulaba la pregunta con el fin de encontrar la respuesta que respondiese a mi pregunta? ¿se referiría realmente a un pene o era la forma cariñosa de llamar a un pen drive……?
La verdad está ahí fuera, sólo hay que tener los cojones de ir a buscarla.

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